Tres historias detenidas, rebeldes.
Se niegan, se molestan, se trepan una sobre la otra.
Se retrasan.
Me impacientan.
¿O seré yo la culpable y ellas mis víctimas?
Ires y venires.
Es como "La autopista del sur", de Julio Cortázar. Sin auto y sin grandes intercambios. Entonces no es, descartado.
Son ideas que maniobran en la carretera a trasmano y se desmanejan. Sí, esta posibilidad se acerca más.
¿Se salvarán todas? ¿Alguna? ¿Se entrelazarán?
El tiempo -la carretera- dirá si encuentran la salida. O al menos un caminito al costado.
La letra -que reina y ordena- decidirá.
Si puede.
Por no hablar de aquellas que vienen y van, que cuando no piensas en ellas aparecen, te indican una dirección y cuando comienzas a rodar y el papel en blanco comienza a vestirse de argumentos desaparecen, dejándote de nuevo sin historia, pero con una nueva etapa del camino realizada.
ResponderEliminarUn saludo.
Escribir, que le dicen, ¿no?
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