lunes, 22 de abril de 2013

La infiel


 “Dejá, ese no lo envuelvas”.

¿Se puede amar dos libros a la vez?

“El mundo según Garp” de John Irving estaba en mi cartera cuando llegué a la librería. Inocente él, no sabía. Comprar un regalo era solo una excusa, o una verdad partida. Yo iba a llevarme además “El amor nos destrozará”, de Diego Erlan.  

“Despertarte y tomar el libro antes que la taza de café”.  Las palabras de Gaby en un tweet, alcanzaron para tentarme. Soy mujer de un solo libro. Pero a veces, las circunstancias. 

Que es su cumpleaños. Que tengo que elegirle algo y que van a ser cuentos o una novela. Y que ahí está ese. Y cómo no lo voy a llevar. Total, si siempre necesito próximas lecturas.  Resultado: el ejemplar de Erlan se desliza junto a Irving en mi bolso. 

Se rozan, estoy segura.

Ni bien atravieso la puerta de la librería busco en el interior de la cartera. Y en la vereda, leo la primera página.

“Para pispear nomás”, me convenzo.   

Una señora con perro y changuito me dice que no es lugar. No me importa pero le hago caso. Y empiezo a caminar con el libro abierto.

Ya lo sé. Lo intuyo. La traición a Garp amenaza a la vuelta de la esquina.

Llego a casa. Poco tiempo. Voy a salir. Recambio de objetos. Y sucede.

Dejo en la cartera la novela recién comprada en vez de reservarla en la biblioteca. ¿Es un error? No. Porque al minuto sale  “El mundo según…”. Como si fuera un acto sin importancia.

Pero.

Es difícil dejar a Irving. Lo quiero. Me acompaña.  Debo admitir que es una relación tierna, sin pasión. Quizás “El amor…”  nos encontró en una meseta y… “No me faltás Garp”, me dan ganas de gritarle. Pero tal vez sea una verdad a medias. Y para qué quemar naves, ¿no?

Un viaje en colectivo y estoy adentro de la historia de Erlan. Después en la sala de espera, al lado de la cama de mi madre, que se recupera, en un bar mientras espero a Dani.

Soy mujer de un solo libro. Sin embargo,  confieso,  me entregué a los encantos del tercero. Leo sobre el amor y sus destrozos y estoy ahí.  

Señor Irving, las disculpas del caso. Garp sabrá esperar.

Y yo volveré.

Creo. 

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